Te olvidaste de apagar mis sentimientos, y ahora se me ha hecho tarde, demasiado tarde.
Prometiste que siempre estarías aquí, sin embargo, me dejaste con más de mil ilusiones y propósitos.
Ahora vamos, llámame absurda por tenerte como la principal razón de esto que escribo, pero, te recuerdo que quién me dejó el interruptor encendido fuiste tú.
Pudiste haberme arrancado el cable, cortarme la corriente, desenchufarme el corazón. Sin embargo te olvidaste, me dejaste.
Y a pesar de ello, voy a seguir queriéndote como aquel primer día, como aquella primera vez en la que todo comenzó siendo nuestro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario