domingo, 5 de febrero de 2012

Till I find you I'm never coming down, down, down.


Y aquí me ves, un año más tarde, escribiendo con la misma razón que mantenía trescientos sesenta y cinco días atrás.
Es difícil explicarlo, pero entenderlo lo es más.
Yo no sé tú, pero hay una parte de mí que está contigo, que por mucho que quisiera recuperarla, va contigo a dondequiera que tú vayas.
Es el pasado, que ha traído recuerdos, por si ya me olvidaba de ti. Pero no, de ninguna manera se olvida, y si se pudiera, no creo que lo hubiese hecho.
Entonces, tomo por conclusión que en todo ese tiempo, yo no he dejado de quererte.
¿Por qué no? Porque el hecho de estar contigo, ha hecho que siempre sea recordado.
¿Recuerdas la vez en que me dijiste que porqué me había fijado en ti? Creo que ya sé la respuesta.
No traté de buscarte, ya que más bien te encontré por casualidad. Probablemente no fueras ese chico por el que muchas quedaran alucinadas al verte, pero yo al conocerte lo estuve.
Pronto te añadí ese término de "especial", y todo lo que comenzó siendo "nada", empezó a transformarse en "algo".
Sabía que había algo que hacía que aquellas conversaciones vía ventana me hicieran sentir realmente bien. Y lo supe; se trataba de aquella persona que no paraba de gritar mi nombre.
Tener a ese alguien a tu lado, e interpretar el papel de ridícula. Ese era el mío.
Yo, te perdí, sí, de acuerdo. Te perdí por no ser quién soy realmente hoy. Te perdí por otra, mi otra "yo".
Pero, para mí, sigues estando ahí, en mi lista de metas y propósitos, con el fin de quererte, porque como antes decía, no podría hacer lo contrario. Porque ha pasado el tiempo, y sin embargo, te tengo aquí, como si nos hubiésemos detenido tal día de Febrero, restándole un año menos. Y cómo no, te sigo queriendo, y lo seguiré haciendo, aunque sea incapaz de darte cuenta.

Att: Marta                  

No hay comentarios:

Publicar un comentario