Veintitrés ∞

Hoy, veintitrés de Febrero del dos mil doce, cumples diecisiete años, y no sabes cuánto me gustaría verte soplarlos. Sin embargo, no puedo. No siempre querer es poder.
Ojalá pudiese hacerlo, teniéndote tan cerca.. pero volvamos a la realidad, estás muy lejos de mí.
He vuelvo a poner los pies sobre la Tierra, y acabo de entrar en razón: Habíamos puesto un fin, sin embargo, sigo permaneciendo ilusa en base a los recuerdos.
No vas a volver, lo sé, pero el echarte de menos se me hace grande. El notar un pequeño vacío y no saber cómo llenarlo, o sí, sólo que lo que éste necesita no es a él, ni a ella, sino a ti.
Volver a reconstruir lo que el tiempo derribó, o añadir nuevas fechas a aquellos álbumes.

Quiero estar contigo, día a día, en semanas, meses, y años. Verte soplar una vela más y sentirme orgullosa por ello.
Quiero ser tu primera felicitación a primera hora de la mañana, o aquella que te dé el gran tirón de orejas.
La que que te manche de tarta la nariz, o la que se encargue de hacerte otra inolvidable fiesta de cumpleaños.
Porque no me importa dónde estés en este momento, yo estaré aquí para desearte lo mejor en este día.

Te echo mucho de menos, y justamente hoy, por no poder estar ahí contigo, por no poder abrazarte aún con más ganas de lo normal, o por el simple hecho de no poder verte sonreír.
Dicen que nadie sabe lo que tiene hasta que al final lo pierde, aunque verdaderamente siempre lo supimos, sólo que creíamos que nunca lo perderíamos.
Por ello, vuelvo a echarte de menos cada vez que lo pienso.
Es triste, ¿sabes? pensar que todo esto se quedó atrás y ahora comenzamos un nuevo capítulo, pero separados. Caminar por una de esas calles y ver nuestras siluetas envueltas en recuerdos, otra vez... o encontrarte con nuestras frases más célebres en cada rincón. Todo eso es pasado, un pasado del que nunca me arrepentiré por haber hecho que formases parte de él.

Y el echarte de menos me lleva a necesitarte, a desear tenerte de nuevo aquí conmigo.
Sé que es algo difícil explicar lo que se siente, pero sólo procuro hacerlo de alguna forma en la que me entiendas.
Como echar de menos apoyarme en tu regazo o sentirme segura bajo una de tus manos. Un nuevo "te quiero" al final de aquella despedida, o una de esas muecas que por consiguiente, nos lleven a un beso.

Y con esto quiero decir que, aunque sigas sin darte cuenta, estoy aquí.
Estoy aquí ahora y seguiré estándolo mañana. Porque te quiero, y eso me es algo inevitable, puesto que yo no decido hacerlo, aunque a ello le sumaría una cantidad enorme, innumerable.

Así que si alguna vez crees estar solo, no olvides que hay alguien en este mundo que está contigo, aunque no puedas verla siquiera, aunque tus sentimientos ya no sean los de antes; porque para ella eres especial, y lo seguirás siendo por y para siempre. Recuérdalo.

Por último, no te olvides de recordarme. [Yo no lo haré.]

Gracias, simplemente gracias.